Actividades y planes para unir generaciones.
Seguramente hayas tenido más de un momento de esos donde la nostalgia te invade al recordar los planes que se hacían antes. Quizás al tener hijos y ver cómo se entretienen ahora, o al ver a algún peque de la familia, o al de algún amigo.
La vida cambia, el tiempo pasa, y las costumbres evolucionan al ritmo que lo hace todo lo demás. Por ello, es inevitable sentir ciertas diferencias cuando nos comparamos con aquellas personas que por edad pertenecen a otras generaciones.
En Unlock hemos querido recordar algunos de los planes que hacían nuestros padres para compararlos con los que se hacen ahora. ¿Encontraremos la manera de unir generaciones con ellos?
Es inevitable sentir ciertas diferencias cuando nos comparamos con personas de otras generaciones.«
La vida pasaba al aire libre
Antes jugar con un amigo significaba salir a la calle a buscarlo. Un balón en los pies, una peonza en las manos, o unas canicas en la arena. La vida estaba fuera de casa y la diversión también. El ejercicio físico se hacía casi sin querer y sin esfuerzo. Saltar, correr y llegar con los pantalones pidiendo unas rodilleras nuevas significaba que la tarde había sido buena. No había WhatsApp para quedar, el punto de encuentro era la plazoleta más cercana de casa y tú acudías a ella cuando podías.
En cambio ahora esto ha cambiado, y no porque los niños no salgan nunca de casa, sino porque aunque a veces lo hagan, las preferencias son otras. Ahora el entretenimiento lo encuentran en una pantalla de seis pulgadas que llevan en los bolsillos de esos pantalones sin un solo rasguño, porque ya no se rozan con el suelo. Los videojuegos se han convertido en su pasatiempo preferido y prefieren jugarlos con amigos, pero desde casa y hablando por Discord.
Las quedadas en la calle a veces terminan con todos y todas sentados en un banco viendo Tiktoks. Aunque a veces se levanten para colocar el móvil y grabar un trend. Y quizás no sea verdad que los niños de hoy en día sean menos sociables, pero sí es cierto que han cambiado la manera que tienen de relacionarse con los demás. Ahora valoran más su intimidad, y esto hace que pasen más tiempo encerrados que antes. Todo ello sin dejar de hablar con los suyos a través de las pantallas o por el chat de Twitch mientras ven a su streamer favorito.
En la mesa no había lugar para el móvil
¿Recuerdas cómo eran las comidas en casa antes? Tu madre te pedía que pusieras la mesa y tú cargabas con el plato, los cubiertos, el vaso y las servilletas. Era el momento de hablar con tus padres, de pelearte con tu hermano, o de enfadarte porque habías tenido que dejar a tus amigos en la calle para cenar. Pero al fin y al cabo, era el momento de comer hablando en familia.
Ahora, cuando los más jovenes ponen la mesa al lado del plato dejan un pequeño hueco, y no es porque quieran colocar la cuchara o la servilleta ahí. Es el espacio para dejar el móvil. A veces comen y de vez en cuando lo miran, otras no dejan de mirarlo mientras comen. Les apetece menos hablar porque están ocupados entreteniéndose en Instagram o quedando con su amigo para echar una partida a su videojuego favorito al terminar.
Y una cosa es cierta, si como padre o madre no te importa que los más pequeños utilicen el móvil en la mesa, las discusiones se reducen. No hay enfados, no hay peleas. Pero eso sí, hay más silencio y menos comunicación.
Los recuerdos hechos fotos
¿Y qué me dices de los álbumes de fotos? Todos alguna vez hemos desempolvado ese álbum familiar y hemos visto las fotos de nuestros abuelos, de nuestros padres, o las nuestras de cuando éramos pequeños. Podían estar en blanco y el negro, en sepia, a color… pero casi todas eran fotos grupales. Las cámaras antes se sacaban solo para momentos especiales, y casi siempre era para fotografiarnos con nuestros compañeros, amigos o familiares. Y por muchos álbumes antiguos que tengamos en casa, nunca serán suficientes para guardar todos los planes de antes. Muchas veces, en esos planes no había cabida para una cámara fotográfica que pudiéramos llevar con nosotros a cualquier parte. Y muchos quedaron sin ser fotografiados, aunque permanezcan grabados en la memoria.
Ahora los más jóvenes tienen más fotos de ellos mismos que acompañados de la gente con la que se relacionan. Estamos tan familiarizados con los selfies que nadie ve raro que un adolescente pare un segundo para sacar el móvil y echarse una foto. Y nada de papel, las fotos llenan la memoria de los teléfonos móviles o de la nube, porque hacer una foto que solo puedes ver al revelarla tiene muchas limitaciones… ¿Cómo la compartirías en redes sociales? ¿Cómo sabrías si has salido bien o mal? Y, por supuesto, nada de filtros con los que vernos más “guapos”.
Planes para unir generaciones
Después de este paseo por la infancia y adolescencia de las generaciones de ayer y de hoy, nos surge la pregunta que lanzábamos al principio: ¿Qué planes sirven entonces para unir generaciones?
Quizás en estos casos se puede aplicar una regla de vida: en el equilibrio está la virtud. Aceptar que las cosas han cambiado no significa ni que haya que borrar las buenas costumbres del pasado, ni tampoco demonizar otras que se dan en el presente. Un buen plan para unir generaciones puede ser jugar con tu hijo a su videojuego favorito, pero también llevarte a la más pequeña de la casa a dar un paseo en bici aunque a mitad de camino haya que hacer una parada para beber algo de agua, y grabar un TikTok.
En Unlock llevamos mucho tiempo tratando de conectar con las audiencias más jóvenes. Creemos que hay puentes para acercar esas diferencias que existen entre generaciones, y lo aplicamos a las marcas para que lleven su engangement a otro nivel. Puedes conocernos algo más aquí.